Hay miles de apellidos en el mundo, unos más comunes, otros raros, otros más especiales, y otros malditos, al menos en el entorno de la informática.

Y tener por ejemplo el apellido Null es ya estar etiquetado, de por vida, con problemas constantes con todo tipo de sistemas informáticos, por lo que quizás deberías pensártelo varias veces si acabas adoptando este apellido.

The Wall Street Journal recoge una serie de anécdotas de personas con apellidos Null a lo largo del mundo, unas personas que han tenido problemas debido a que en concreto la palabra “Null”, cuando se trata de programación, suele estar reservada para significar un valor inválido o inexistente.

Una de estas historias viene de Nontra Null, una diseñadora de ropa de 41 años que en 2014 casi se pierde la boda de una amiga de la India porque los sistemas del consulado fallaban de forma constante al procesar su visado por el apellido.

Ahora lo que suele hacer para no volver a tener este tipo de problemas, es directamente insertar un guion es su apellido actual para evitar que los sistemas informáticos lo lean de forma errónea como un código de programación.

Por otra parte Jan Null, meteorólogo de 75 años, no lo tuvo nada fácil a lo largo de toda su vida para reservar habitaciones de hotel. Ahora lo que hace es incluir la inicial de su nombre al hacer reservas para evitar que los sitios crean que su nombre representa un valor vacío dentro de un código.

Curioso lo de Joseph Tartaro que, como ves, no tiene apellido Null, pero que tuvo la brillante idea de comprarse un vehículo con la matrícula “Null” para hacer la broma.

Pero la broma le salió cara porque su buzón de correo se llenó de cientos de multas de tránsito erróneas destinadas a otros vehículos, esto se debió a que su matrícula provocó un fallo en los sistemas vinculando de forma errónea esas multas a su coche.

No quedó ahí la cosa, hasta su compañía de seguros le acusó de haber estado involucrado en dos accidentes separados, porque simplemente el sistema le asociaba de forma incorrecta su póliza con los accidentes.

Volviendo a los apellidos, Morgan Null, abogada de 26 años, no lo tuvo nada fácil incluso para cancelar su servicio de Internet dado que el proveedor afirmó que no podía darla de baja porque su cuenta no tenía un apellido asociado.

Así que no se te ocurra hacer ninguna broma con la palabra Null en la matrícula de un vehículo y ni mucho menos tenerlo como un futurible apellido.

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