El futuro del coche eléctrico sigue generando debate en Europa, y un país ha decidido mantener la venta de vehículos de combustión interna durante varias décadas más. Se trata de Reino Unido, que se plantea una eliminación gradual de los coches de combustión en lugar de una prohibición tajante, así lo informa GB News.

Mientras algunos gobiernos como el español avanzan hacia la eliminación de los coches de gasolina y diésel, otros han optado por una transición más pausada. 

Según Motorway, los automóviles con motor de combustión podrán seguir circulando hasta al menos 2048, una noticia que supone un revés para la agenda de los coches eléctricos.

Un cambio de rumbo en la transición energética al coche eléctrico

Las políticas sobre movilidad sostenible han cambiado en los últimos años, y una de las grandes polémicas ha sido la prohibición de la venta de coches de combustión interna. En algunos países, se ha optado por endurecer los plazos, mientras que en otros se ha retrasado la fecha límite. 

En este caso, el Partido Laborista de Reino Unido ha decidido no imponer una prohibición total en 2035, permitiendo que los vehículos de gasolina y diésel sigan en el mercado y en las carreteras durante varias décadas más.

Esto significa que algunos vehículos con emisiones distintas de cero, como los híbridos, tendrán luz verde para su venta más allá del final de la década, hasta 2035.

El Partido Laborista, que se perfila como el responsable de esta decisión, había prometido en campañas anteriores adelantar la prohibición a 2030. Sin embargo, con los cambios políticos y económicos recientes, la estrategia ha dado un giro. 

Mazazo al coche eléctrico, gasolina y diésel al menos hasta 20248

La decisión de mantener los vehículos de combustión en circulación hasta 2048 afecta a fabricantes, concesionarios y consumidores. Para las marcas de automóviles, significa que podrán seguir vendiendo coches con motores tradicionales durante más tiempo, lo que les da margen para adaptarse sin una transición forzada. 

Esto también se traduce en un alivio para aquellos conductores que no pueden o no quieren dar el salto a la movilidad eléctrica todavía.

Por otro lado, las normativas sobre emisiones siguen en vigor, lo que implica que estos vehículos deberán cumplir con ciertos estándares ambientales. Además, la adopción de zonas de bajas emisiones y otros impuestos sobre los vehículos contaminantes podría hacer que, aunque sigan permitidos, su uso sea menos conveniente con el paso de los años.

Para los ciudadanos, esta medida supone un respiro en la obligación de cambiar de coche en un corto plazo. Con la vida útil media de los automóviles en torno a los 14 años, muchos conductores podrán seguir utilizando sus vehículos de combustión sin restricciones legales. 

No obstante, algunos gobiernos locales podrían aplicar medidas que penalicen a estos coches, como tarifas más altas en peajes o impuestos adicionales.

A pesar de que algunos países han establecido plazos más agresivos para la eliminación de los coches de combustión, la realidad es que estos vehículos seguirán formando parte del paisaje urbano durante muchos años más. Los gobiernos tendrán que encontrar un punto medio entre incentivar el uso de vehículos eléctricos y permitir una transición más accesible para la población.

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Etiquetas: Coche eléctrico