En muchos sentidos, Netflix no ha inventado gran cosa, al menos, en los que a popularizar remakes se refiere. Si algo ha demostrado Hollywood es su amor por hacer las mismas películas una y otra vez, ya sea con más novedades o con menos. Es más, no son pocos los cinéfilos que llevan tiempo quejándose de la falta de originalidad de la industria cinematográfica estadunidense. 

De hecho, la cosa viene de bastante atrás y, si uno se fija, es fácil darse cuenta de que a lo largo de la historia ha sido el cine de terror el posiblemente más afectado con este fenómeno. Cada vez que una cinta de miedo lograba un cierto nivel en su país de origen, Hollywood no ha tardado en replicarla a su manera. Por suerte, esto no siempre ha tenido por qué ser una mala noticia.

Netflix y uno de los mejores remakes de terror que se recuerdan

Por mucho que haya gente como el propio Quentin Tarantino que arremeta frecuentemente contra los remakes (en su opinión, no es necesario tener que ver las mismas películas una y otra vez), hay ocasiones en las que parece que existe alguna justificación. Alguna que vaya más allá de hacer dinero sin tener que estrujarse mucho la cabeza, claro está. 

Eso fue precisamente lo que sucedió con Déjame entrar, ahora en Netflix. Para muchos, este controvertido film sueco fue una de las mejores películas de terror de su momento (o incluso de todos los tiempos). ¿Es una opinión generalizada? No, puesto que tampoco faltan quien ven en ella una obra excesivamente fría y sobrevalorada. Pero en términos generales, gustó cuando se estrenó en 2008.

De hecho, solo es necesario echar un vistazo a las considerables notas que el film dirigido por Tomas Alfredson tuvo en su momento, para darse cuenta del fenómeno que supuso, dentro del cine de miedo en general y de vampiros en particular. Por eso, no resulta extraño que Hollywood pusiera los ojos en el film y decidiera hacer su propia adaptación solo dos años después del original.

Con todo, el caso de Déjame entrar puede considerarse cuanto menos curioso por una doble razón. Primero, en muchos países como España la obra sueca es más conocida que su remake norteamericano, que pasó relativamente inadvertido en su momento. Y segundo, dicho remake logró unas críticas muy buenas, prácticamente al mismo nivel que la original. Esto tampoco es nada habitual. 

Una obra de altura

Puede que te guste más la Déjame entrar sueca o la estadounidense; como suele decirse, para gustos están los colores. Pero lo que hay que reconocer es que el mero hecho de que pueda existir debate entre cuál de las dos es mejor, ya supone de por sí una anomalía dentro de este tipo de casos. 

Por eso, tienes Netflix y te interesan tanto el cine de terror como las películas de vampiros, Déjame entrar sigue siendo uno de los remakes más destacables dentro del género. Una agradable excepción a la regla, por qué no decirlo. 

Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.

Etiquetas: Películas, Netflix, Cine