La inmortalidad podría alcanzarse en 2030, según un experto, pero ¿y si no fuese tan buena idea?

Teknalix febrero 27, 2025 No hay comentarios

La inmortalidad podría alcanzarse en 2030, según un experto, pero ¿y si no fuese tan buena idea?

Muchos son los expertos que opinan cada día sobre la inteligencia artificial. Sin embargo, pocos se atreven a ir tan lejos como Ray Kurzweil, conocido por haber sido ingeniero de Google y por sus acertadas previsiones tecnológicas. Según él, la inmortalidad está a la vuelta de la esquina: podrá alcanzarse para el año 2030, gracias a los avances de la IA y los nanobots. 

En realidad, Kurzweil lleva tiempo insistiendo en estas teorías, que en cierto sentido parecen sacadas de una película de ciencia ficción. La cuestión, sin embargo, no es solo esa. Si Kurzweil realmente tuviese razón y, en 2030 o cuando fuese, la tecnología lograra la inmortalidad, lo que quizá habría que plantearse es: ¿qué sucedería entonces? ¿Estamos seguros de que sería buena idea?

El sueño (tecnológico) de la inmortalidad

Desde que el mundo el mundo (o mejor dicho, desde que el ser humano forma parte de él), la gente ha soñado con ser inmortal. Así, de primeras, envejecer y morir es un drama, y aunque la medicina ha alargado la vida y la religión ha pretendido hacer la cosa menos trágica, a día de hoy la existencia continúa teniendo un principio y un final. ¿Pero y si la ciencia lograra cambiar eso? 

El problema, en realidad, no sería la propia inmortalidad, obviamente, ¿a quién no le gustaría? Más bien habría que plantearse las consecuencias de que algo como lo que prevé terminara por convertirse en realidad. Para empezar, como es lógico, estaría el problema demográfico. Un mundo en el que continuase naciendo gente, pero nadie falleciera, sería inviable a todas luces. 

Quizá una solución pudiese ser mudarse a otros planetas. Pero si, como Kurzweil cree, la inmortalidad llegase en 2030, es difícil que tan pronto Elon Musk ya se encontrara transformando, aunque solo fuese Marte. Sencillamente, no habría recursos suficientes. ¿Querría eso decir que por cada persona que no muere alguien dejaría de nacer? ¿Y eso realmente sería justo, desde un punto de vista ético? 

Porque no hay que olvidar tampoco que los procesos para evitar la muerte, fuesen estos cuales fuesen, probablemente no resultarían baratos. ¿Solo podría la gente rica acceder a este privilegio? O quizá no, tal vez todo el mundo podría hacerlo, pero con una condición: pasarse la vida trabajando para ello. Y dado que no morirías, eso suena a un esfuerzo muy, muy largo.

¿Trabajando por toda la eternidad?

En realidad, esa es otra de las muchas dudas que este asunto plantea. Si se vive eternamente (y razonablemente joven, se supondría, porque difícilmente alguien querría pasarse la eternidad siendo un nonagenario), ¿también se trabajaría eternamente? Si tu profesión es vocacional, bueno, pero si no es el caso, tampoco parece un escenario de lo más apetecible, ¿no? 

Puede que algunos piensen que serán los robots los que se encarguen de trabajar en el futuro, como aseguran Elon Musk y otros, pero eso ya sería demasiada utopía junta. Por no hablar de que permanecer ociosos eternamente, tal vez podría generar una sociedad aburrida no ya de por vida, sino para siempre. 

Desde luego, la inmortalidad puede sonar maravillosa, pero quizá no a cualquier precio. Y en este momento (o en el año 2030), son más las dudas que las certezas que un logro así traería consigo. Al fin y al cabo, ya lo dijo el célebre filósofo Antonio Escohotado al ser preguntado sobre la posibilidad de vivir para siempre: “Yo preferiría morirme de una sola vez”. 

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Etiquetas: Inteligencia artificial