Steve Jobs no solo revolucionó la tecnología con productos como el iPhone, el iPod, el iPad y el Mac, sino que también tenía una forma peculiar de medir si su equipo de trabajo en Apple estaba ofreciendo lo máximo de sí mismos. 

Su obsesión por la productividad lo llevaba a realizar una sencilla pregunta que, a primera vista, parecía irrelevante, pero que formaba parte de su estrategia para asegurarse de que sus empleados no estuvieran distraídos y estuvieran completamente concentrados en sus actividades.

La pregunta clave de Steve Jobs para impulsar la productividad

Una de las preguntas más extrañas de Jobs se la hizo a Jony Ive, quien fue el vicepresidente senior de diseño industrial y director de diseño de Apple durante muchos años. De hecho, fue el responsable de diseñar algunos de los productos más icónicos de la empresa, como el iMac, el iPhone y el MacBook. 

Su trabajo fue crucial para que la compañía se convirtiera en una referencia en diseño y funcionalidad, por lo que era una de las personas más cercanas a Steve. En una entrevista, Ive desveló que Jobs le hacía la misma pregunta todos los días: ¿Cuántas veces dijiste que no hoy? 

Cabe señalar que no era una simple curiosidad ni un capricho del ex CEO de Apple, sino un método para asegurarse de que su equipo mantenía el foco en lo realmente importante. Para Jobs, decir No era clave para la productividad, ya que creía que las distracciones y compromisos innecesarios podían frenar la innovación.

El objetivo de esta pregunta era asegurarse de que su equipo no se desviara de su misión principal. Steve estaba convencido de que la gente más exitosa no era la que decía sí a todo, sino la que sabía priorizar y enfocarse solo en lo que realmente importaba. 

En su visión, cada vez que alguien decía sí a una tarea irrelevante, estaba restando tiempo y energía a algo más valioso. Esta filosofía fue compartida por otros empresarios exitosos, como Warren Buffett, quien afirmaba que las personas realmente exitosas dicen que no a casi todo.

Las entrevistas de trabajo con Steve Jobs eran un infierno

El enfoque poco convencional de Steve Jobs no se limitaba a su equipo de trabajo. También aplicaba métodos agresivos y desafiantes en las entrevistas de contratación de Apple. Muchos candidatos que intentaron conseguir un puesto en la empresa describieron la experiencia como un infierno. 

Jobs se mostraba hostil, lanzaba preguntas complicadas y planteaba situaciones diseñadas para poner a prueba la capacidad de reacción de los aspirantes, en general, era un auténtico tirano. Su objetivo no era hacer pasar un mal rato a los candidatos sin motivo, sino comprobar quiénes eran realmente competitivos. 

Apple buscaba empleados que supieran manejar la presión y que fueran capaces de pensar con rapidez en situaciones difíciles. Si alguien no soportaba la intensidad de la entrevista, difícilmente podría soportar el ritmo de trabajo dentro de la compañía.

Uno de los métodos más curiosos que utilizaba era la llamada prueba de la cerveza. Para tomar una decisión sobre si contratar o no a una persona, Jobs se hacía una pregunta clave: “Cuando decido contratar o no, siempre me pregunto si me tomaría una cerveza con esta persona y si me gusta su compañía”.

Steve Jobs, un genio difícil de tratar

No hay duda de que Steve Jobs era una mente brillante, con ideas adelantadas a su tiempo, pero también era un jefe extremadamente exigente y difícil de tratar. Sus métodos eran poco ortodoxos, su carácter era implacable y no dudaba en presionar a su equipo hasta el límite. 

Sin embargo, su enfoque dio estupendos resultados, puesto que en pocos años Apple se convirtió en una de las empresas más influyentes y mejor valoradas del mundo, y su legado sigue vivo en cada uno de los productos que creó, como el iPod, el iMac, el iPhone y, por supuesto, el iPad.

Su obsesión por la productividad, por la perfección en todo, su dureza en las entrevistas y su filosofía de decir No fueron algunas de las claves que marcaron su éxito. A pesar de su carácter complicado, supo rodearse de las mejores personas y llevar a Apple a lo más alto de la industria tecnológica.

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