El asteroide “Bennu” podría impactar contra la Tierra y desencadenar un época glacial de hasta cuatro años

Teknalix febrero 7, 2025 No hay comentarios

El asteroide “Bennu” podría impactar contra la Tierra y desencadenar un época glacial de hasta cuatro años

Después de que la comunidad científica alertara sobre el asteroide 2024 YR4, cuyo riesgo de impacto ha sido elevado al 2,3 % por la NASA y la ESA. Investigadores del Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional de Pusan, en Corea del Sur, han recreado teóricamente los efectos de una posible colisión del asteroide Bennu contra la Tierra.

La probabilidad de impacto en 2182 es de 1 entre 2.700, y los resultados son escalofriantes. El tamaño de un asteroide de 500 metros de diámetro como Bennu podría desencadenar un enfriamiento global, reducir las precipitaciones y alterar la química de la atmósfera, según el estudio que han publicado en Science Advances

En el peor de los casos, la inyección de hasta 400 millones de toneladas de polvo y otros materiales, como aerosoles, escombros y cenizas, en la atmósfera provocaría un oscurecimiento solar que podría durar hasta cuatro años.

Un asteroide como Bennu podría alterar el clima global durante años

Bennu es un asteroide de 492 metros de diámetro.
Bennu es un asteroide de 492 metros de diámetro.

NASA’s Goddard Space Flight Center

La entrada masiva de polvo y escombros en la atmósfera bloquearía la luz solar, provocando una disminución de la temperatura global de hasta 4 grados centígrados. Este fenómeno, similar al llamado “invierno de impacto”, reduciría las precipitaciones en un 15% y afectaría directamente a la fotosíntesis. 

Sin suficiente luz solar, la productividad agrícola y la seguridad alimentaria se verían comprometidas en todo el mundo.

Además, el impacto generaría una pérdida del 32% en la capa de ozono, permitiendo el aumento de la radiación ultravioleta. Esto no solo afectaría la salud humana, sino que también dañaría los ecosistemas terrestres y marinos. 

Según el análisis de los investigadores, la productividad primaria neta de la tierra caería un 36%, mientras que los ecosistemas marinos experimentarían una reducción del 25% en su capacidad de generación de biomasa.

A pesar del colapso climático inicial, algunas regiones oceánicas podrían experimentar un fenómeno inesperado, el crecimiento del plancton marino. Dependiendo del contenido en hierro del asteroide y del material expulsado tras el impacto, los océanos podrían enriquecerse con hierro biodisponible, favoreciendo la proliferación de fitoplancton. 

Regiones como el Pacífico ecuatorial y el océano Antártico podrían registrar un aumento en la biomasa de diatomeas durante los tres años posteriores al evento.

Este crecimiento de microorganismos podría jugar un papel clave en la recuperación del ecosistema marino, actuando como una fuente alternativa de carbono y oxígeno. Sin embargo, el impacto en la cadena alimentaria marina y terrestre seguiría siendo significativo, con posibles efectos en la biodiversidad global.

La Tierra ha experimentado múltiples impactos de asteroides a lo largo de su historia, siendo el más famoso el de Chicxulub, ocurrido hace 66 millones de años. Este evento, que generó la extinción masiva de los dinosaurios, fue causado por un asteroide de aproximadamente 10 kilómetros de diámetro. La colisión provocó un invierno global que duró años, alterando profundamente la vida en el planeta.

Aunque Bennu es significativamente más pequeño, su impacto aún podría provocar consecuencias graves. La diferencia radica en que hoy en día contamos con tecnología para monitorizar estos objetos y diseñar estrategias de mitigación. 

La NASA, a través de misiones como OSIRIS-REx, ha logrado recolectar muestras del asteroide, proporcionando información clave sobre su composición y posible impacto en caso de colisión. 

Los avances en exploración espacial han permitido desarrollar estrategias para desviar asteroides potencialmente peligrosos. Pruebas como la misión DART de la NASA, que logró cambiar la trayectoria del asteroide Dimorphos en 2022, demuestran que es posible modificar la órbita de estos cuerpos celestes.

En el caso de Bennu, las agencias espaciales siguen monitoreando su trayectoria y evaluando métodos de intervención. Si bien la probabilidad de impacto es baja, los científicos continúan investigando posibles soluciones para garantizar la seguridad del planeta ante futuros eventos de este tipo.

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Etiquetas: NASA