El reloj corre para Windows 10 y Microsoft no se lo está poniendo fácil. Nuevas actualizaciones y cambios forzados hacen que la experiencia en el viejo sistema sea cada vez menos agradable.

Microsoft está apretando las tuercas a los usuarios de Windows 10 a medida que se acerca la fecha fatídica del 14 de octubre de 2025. En ese día, el sistema operativo que ha reinado en los ordenadores durante una década dejará de recibir actualizaciones de seguridad, convirtiéndose en un riesgo para millones de personas en todo el mundo.

La compañía no escatima esfuerzos para convencer a los rezagados de que den el salto a Windows 11. Los mensajes de advertencia sobre los peligros de quedarse en la versión antigua se multiplican, mientras que las ventajas del nuevo sistema se pregonan a los cuatro vientos. Pero Microsoft ha ido un paso más allá: está empeorando activamente la experiencia en Windows 10.

La última actualización de seguridad para Windows 10 viene con un regalo envenenado: la nueva aplicación de Outlook. Este cambio forzado ha caído como un jarro de agua fría entre los usuarios, que ven cómo su familiar y eficiente aplicación de Correo y Calendario es sustituida por una versión web disfrazada de aplicación nativa.

Las críticas no se han hecho esperar y muchos usuarios se quejan de un peor rendimiento y un diseño menos intuitivo. La nueva aplicación de Outlook, lejos de ser una mejora, parece más bien un paso atrás en términos de usabilidad y eficiencia, pero claro, parece que los motivos de esto son claros.

El mastodóntico problema de Microsoft con Windows 10: se le está acabando el tiempo para resolverlo

Microsoft se enfrenta a un problema de tamaño descomunal: convencer a millones de usuarios de Windows 10 para que actualicen a Windows 11 antes de octubre de 2025. Las cifras son abrumadoras y, según StatCounter, Windows 10 sigue dominando el mercado con un 69% de cuota, frente al discreto 26% de Windows 11.

Aunque algunos hablan de un proceso de cambio que realmente va por buen camino, algunos expertos sugieren que el crecimiento de Windows 11 no es tan natural como parece. Teniendo en cuenta que salió en 2021, no cabe duda de que muchos nuevos usuarios podrían ser simplemente personas que compraron un ordenador nuevo y no se molestaron en cambiar el sistema operativo preinstalado. 

La tarea se complica aún más por los requisitos de hardware de Windows 11, que dejan fuera a muchos equipos perfectamente funcionales. Esto ha llevado a una situación bastante curiosa: Windows 10 ha ganado cuota de mercado en los últimos meses, a pesar de acercarse al fin de su soporte.

Microsoft está jugando todas sus cartas para acelerar la migración. Además de la polémica actualización de Outlook, la empresa ha anunciado que ofrecerá actualizaciones de seguridad de pago para Windows 10 durante tres años más, a un precio que se duplicará cada año. Busca que quedarse aquí sea lo menos atractivo posible.

El problema es que las opciones para los usuarios no son muy alentadoras y es que vale, pueden intentar instalar Windows 11 en hardware no compatible —algo arriesgado—, pasarse a otro sistema operativo como Linux —poco probable para la mayoría—, o simplemente seguir usando Windows 10 y cruzar los dedos. Ninguna convence del todo.

El riesgo de un ciberataque masivo, parecido al famoso WannaCry que afectó a Windows 7, es real. Y si ocurriera, sería un golpe durísimo para Microsoft.

Los últimos movimientos en Windows 10 desconciertan a los usuarios

Esta aparente contradicción de seguir lanzando actualizaciones para Windows 10, pero que al final acaban empeorando la usabilidad, ha llevado a muchos a preguntarse cuál es realmente el plan de Microsoft. 

¿Está la empresa intentando mantener Windows 10 lo suficientemente actualizado para evitar vulnerabilidades críticas, o está utilizando estas actualizaciones como un caballo de Troya para forzar la migración a Windows 11?

Lo cierto es que Microsoft se encuentra en una encrucijada. Con menos de dos años para el fin del soporte de Windows 10, la empresa necesita acelerar drásticamente la adopción de Windows 11 si quiere evitar un escenario similar al de Windows XP, que siguió siendo ampliamente utilizado mucho después del fin de su soporte oficial.

Microsoft, hablando muy claro, tiene un problema bastante peligroso, una bomba que está a punto de estallar y el fin de soporte llega el 14 de octubre de 2025.

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Etiquetas: Actualizaciones, Microsoft, Sistemas operativos, Windows 11, Windows 10, Ciberseguridad