En Vigo, una profesora cuenta que sus alumnos le preguntan lo siguiente: “¿Por qué me lo tachas si está todo bien?”. Se refieren a que usan la IA para hacer los trabajos, pero ella se da cuenta, ya que nota que no se expresan igual en clase. Incluso algunos alumnos usan programas para detectar si su trabajo tiene plagio antes de entregarlo.

En otro instituto, y tal y como añaden desde El Faro de Vigo,  los profesores han notado que los alumnos usan palabras que no son normales en ellos. Yendo más allá, en la Formación Profesional, un profesor incluso suspendió a algunos alumnos por usar ChatGPT para hacer sus trabajos. La IA detectó que estaba todo copiado y no tuvo más remedio.

Estos son solo dos ejemplos, pero desde que la IA entró de lleno en las escuelas y universidades, lo ha revuelto todo, con cientos de alumnos usándola para absolutamente cualquier tipo de trabajo. 

Sin ir más lejos, uno de los puntos críticos en lo que se refiere a educación se centra en la redacción de los famosos Trabajos de Fin de Grado —conocidos como TFG o TFM si se refiere al Trabajo de Fin de Máster—. No es lo mismo usar esta herramienta para la elaboración de un resumen que hacer uso de ChatGPT para reducir el tiempo de creación de tu TFG a pocas horas en lugar de 1 o 2 meses. 

Una situación con la IA en las aulas que trae de cabeza a bastantes profesores

Con todo esto, ¿cómo se puede evitar que los alumnos hagan trampas con la IA? ¿Cómo se puede usar la IA para mejorar el aprendizaje?

El quid de la cuestión parece que no es “a favor o en contra de ChatGPT” sino que se centra en “hasta dónde se debería usar esta herramienta para ayudar a los estudiantes”. 

Para resolver este problema, aquellos que están a favor de un uso controlado opinan que las universidades deberían implementar estrategias como promover la ética académica a través de programas de formación, diseñar tareas personalizadas que requieran un análisis crítico y especializado y emplear herramientas de detección de plagio para identificar el uso indebido de este chatbot de OpenAI u otros tantos.

Además, la evaluación oral o la defensa de los trabajos y promover esa interacción entre profesores y estudiantes pueden ser un buen punto a tener en cuenta. Si el trabajo lo ha realizado en un 100% ChatGPT, es bastante probable que te quedes en blanco delante del tribunal y sus preguntas. 

Es importante que las universidades e institutos se mantengan actualizadas y se adapten todo el rato a las nuevas tecnologías, buscando equilibrar el empleo de herramientas tecnológicas con el fomento del aprendizaje.

Sin embargo, y como suele ocurrir en demasiadas ocasiones, los estudiantes, e incluso los niños, muy a menudo aprenden sobre novedades en inteligencia artificial rápidamente a través de las redes sociales u otros medios y están ansiosos por probar nuevos métodos, mientras que algunos miembros del personal académico y los profesores pueden ser más lentos o ser más estrictos. 

La idea sería encontrar un punto medio. En este ámbito —como en tantos otros— no se debería dejar de lado algo que realmente podría ayudar a los estudiantes.

¿Y qué pasa con la programación? ¿Sirve de algo formarse en una carrera que ya la IA controla de forma muy precisa?

Aunque la IA es perfecta en muchas ocasiones para hacer resúmenes de textos, el tema de la programación es algo en lo que destaca de forma muy positiva. Por ejemplo, GitHub Copilot es una de las grandes elecciones para este tipo de casos. Este chatbot se ha caracterizado desde sus orígenes por ser la opción correcta a elegir cuando necesitas algo relacionado con este campo.

Con todo esto sobre la mesa, seguramente a muchos humanos les surja la misma pregunta. Entonces, ¿deberías realmente estudiar programación? ¿Sirve de algo formarse en una carrera que ya la inteligencia artificial parece que controla al 100%?

En este caso los expertos coinciden. Los programadores humanos siguen siendo piezas clave para la innovación y el desarrollo de software.

Consideran que la IA generativa puede ayudar en las partes más aburridas y básicas del desarrollo de software sea más rápido, pero los programadores humanos seguirán siendo necesarios para aquello en lo que de momento solo las personas y sus capacidades sirven.

Desde luego, no cabe duda de que la IA no está sustituyendo a los programadores, ni a los profesores, sino que está cambiando la forma de trabajar. Los trabajos del futuro necesitarán ser expertos en IA, además de tener habilidades nativas de ese empleo en cuestión, combinando lo mejor de ambos mundos, pero sin ser sustituibles.

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Etiquetas: Educación, Inteligencia artificial, Software